Si bien cada entrevista laboral es única y singular, se trata de un hecho nuevo que se produce sobre un escenario ritual preestablecido. Al igual que en un matrimonio, las frases, los roles y las posiciones de los participantes, e incluso las respuestas, son esperadas y conocidas y se repiten una y otra vez.
Una entrevista laboral sigue las mismas reglas: las posiciones del entrevistador y de entrevistado son siempre similares, así como también las preguntas que se hacen y las respuestas que se dan. Sin embargo, un reclutador no ve con buenos ojos las “respuestas enlatadas”, previamente memorizadas. Al momento de presentarnos a una entrevista de trabajo debemos tener conciencia de las preguntas que nos van a hacer y estar preparados para responderlas con naturalidad, sin olvidar que la conversación debe ser fluida, mostrando verdaderamente lo que somos y lo que pensamos.
Estas son algunas de las preguntas más comunes que van a hacerte en una entrevista de trabajo y algunos consejos sobre cómo responderlas:
Cuéntame un poco de ti: Esta consigna para romper el hielo no busca saber todo lo que hicimos en nuestras vidas, nuestros gustos personales o nuestra forma de ser en términos generales. Es un pie para evaluarnos. Una buena opción para responder a la consigna es describir dos o tres hechos significativos de nuestra vida profesional que nos hacen ideales para el puesto al que estamos aplicando.
Qué sabes de la compañía: Ésta siempre es una pregunta capciosa. Parece dirigirse a saber si investigamos el apartado que describe la misión de la compañía en su página web. Sin embargo, lo que realmente pretende nuestro interlocutor es saber si nos conectamos con esa misión, si nos identificamos con ella y en qué medida. Por eso, cuando parece preguntarnos si hicimos nuestro trabajo de investigación para la entrevista, nos está interpelando personalmente, quiere saber cómo nos relacionaremos con los objetivos de la organización.
Tus fortalezas: Te van a preguntar por ellas. Tienes que tenerlas presentes y ser honesto a la hora de enumerarlas. Es mejor ignorar tanto la humildad como la pretensión y detallar descriptivamente tus habilidades. Si la idea es mostrar que eres bueno encajando con los colegas en el ambiente laboral, quizás te ayude dar ejemplos específicos; por ejemplo, organizando actividades deportivas en grupo en trabajos previos. Si quieres resaltar que eres capaz de liderar un grupo, puedes hacerlo explicando los proyectos específicos que contaron con tu liderazgo y cuáles fueron sus resultados.
¿Cómo te enteraste de la posición?: Esta es la oportunidad para que muestres tu interés y conexión con la organización. El entrevistador no está esperando que tu respuesta sea “vi un aviso en Linkedin”, sino un relato sobre lo que te resultó atractivo de la posición y por qué te interesó la empresa. Si algún conocido te refirió para esa búsqueda o te recomendó para la posición, tienes que nombrarlo.
¿Por qué quieres cambiar de trabajo?: Una pregunta siempre compleja. Es importante ser positivo y equilibrado y evitar comentarios negativos sobre nuestro actual empleador. Para eso es conveniente hacer más énfasis en las experiencias, posibilidades y desafíos que buscamos y menos en las limitaciones o debilidades que tiene nuestro trabajo actual. Si fuimos despedidos, siempre es mejor ser honesto. Aunque la verdad no sea muy bonita, la sinceridad siempre es bienvenida.
Y tu, ¿ya estás preparado para tu próxima entrevista laboral?