Un ambiente de trabajo agradable es un factor que, sin duda, todo trabajador señalaría como importante a la hora de decidir incorporarse a una empresa. Si el clima laboral es un punto de atracción destacado, también lo es de retención (o, de lo contrario, abandono).
Un lugar de trabajo desagradable, conflictos con los managers, falta de posibilidades de conciliación y un salario inadecuado son las principales razones aducidas por los empleados a la hora de dejar su empresa, según una encuesta internacional realizada por la empresa canadiense PsychTests.
Características de un buen entorno
La definición de buen lugar para trabajar varía ligeramente en función del género, edad y procedencia de los trabajadores. Sin embargo, hay algunas variables comunes:
- La comunicación: que los empleados se puedan comunicar de manera abierta, frecuente y positiva entre ellos y que los directivos se comuniquen de manera abierta, frecuente y positiva con los empleados es un requisito imprescindible para crear relaciones laborales sanas. Un ambiente de trabajo con una buena comunicación es aquel en el que todos los niveles jerárquicos son accesibles y en el que los inevitables conflictos se gestionan de forma madura y positiva.
- El trabajo en equipo: relacionado con la comunicación interpersonal transparente, los lugares con buen entorno laboral fomentan el espíritu colaborativo e impulsan el trabajo en equipo. En última instancia, una cultura colaborativa contribuye a alinear a todos los trabajadores con un objetivo común y crea un fuerte sentido de pertenencia.
- Respeto por la diversidad: aceptar y respetar la diversidad es condición necesaria para crear un entorno de trabajo agradable y no discriminatorio. Las plantillas son progresivamente más diversas a todos los niveles y las organizaciones deben aceptar el desafío de la diversidad como una oportunidad para el aprendizaje mutuo en lugar de como un problema.
Prioridad para los jóvenes
En el caso de los trabajadores jóvenes, los Millennials (a grandes rasgos, los nacidos en los años ochenta y noventa del siglo pasado), trabajar en un entorno que les resulte agradable es una necesidad aún más acusada que para los trabajadores de otras generaciones.
La cultura en el lugar de trabajo y el deseo de un ambiente positivo que “promueva el trabajo en equipo y el sentido de comunidad” es prioritario para estos profesionales, según un estudio llevado a cabo por PwC. Están preparados para trabajar duro, pero quieren hacerlo en un ambiente “cómodo y creativo” y, en general, se sienten atraídos por las organizaciones que ofrecen una “atmósfera atractiva, cómoda, y estimulante que integre creativamente vida laboral y personal”. Estas condiciones son las que garantizan su retención, su compromiso con la empresa y, en consecuencia, una alta productividad.
Otro estudio sobre Millennials en el trabajo, en este caso circunscrito a EE.UU. y realizado por la ingeniería PGI, va más allá y cambia el concepto entorno “agradable” por “divertido”. El 88% de los jóvenes aspira a trabajar en un entorno un "divertido y social", un porcentaje significativamente mayor que los baby-boomers (trabajadores de entre 50 y 70 años), que solo aspiran a trabajar en un puesto de trabajo de este tipo en un 60%. Además, el 71% de los Millennials quieren que sus compañeros de trabajo se conviertan en una "segunda familia".
La sabiduría popular dice que los trabajadores, sea cual sea su edad, cuando dejan un trabajo, no abandonan a una empresa, abandonan a sus jefes directos. De manera más general podríamos afirmar que los trabajadores escogen una empresa por la posibilidad de realizar el trabajo de la manera más agradable posible. De ahí la importancia de construir entornos de trabajo inclusivos, positivos y motivadores.