¿Has tenido más de cuatro empleos distintos en los últimos cinco años? Entonces, probablemente seas un job hopper. El job hopping es un comportamiento cada vez más habitual entre las nuevas generaciones de profesionales.
Consiste, principalmente, en ir cambiando con relativa frecuencia de trabajo o profesión. Sin embargo, esto no es más que el principio; le siguen una fuerte motivación profesional y estrategias laborales.
Este hábito ha sido, tradicionalmente, muy controvertido. Muchas empresas no miraban con buenos ojos aquellos currículums que tenían una larga lista de empresas por las que el candidato había pasado. No obstante, esto ha cambiado en los últimos años y las nuevas generaciones de job hoppers tienen mucho que ofrecer.
Las nuevas generaciones y el job hopping
Según un estudio realizado por el periódico The Guardian, el 90 % de la generación millennial no tiene planeado permanecer en un trabajo durante más de cinco años. Está claro que esta posición con respecto al futuro laboral dista mucho de la que tenía la generación del Baby Boom: estabilidad y compromiso por encima de todo.
Las prioridades han cambiado sustancialmente entre ambas generaciones. La acentuada movilidad laboral deja ver que la estabilidad ya no es lo que buscan los jóvenes profesionales. Por el contrario, lo que desean es la llamada “flexiseguridad”: seguridad laboral en sí mismos más que en la empresa donde trabajan, tal y como defiende Rodrigo Martín, Presidente Ejecutivo de Randstad España, en la presentación del informe Randstad Employer Brand Research.
No obstante, si bien todos los profesionales “nómadas” se engloban bajo una misma definición, también es importante distinguir dos tipos de job hoppers:
– Aquellos cuya estancia en una misma empresa no suele sobrepasar los seis meses de duración. Este perfil de empleado va cambiando de trabajo, pero no posee un rumbo fijo ni una meta definida, por lo que resulta más complicado que una compañía se interese en ellos tras una entrevista personal.
– Y los que están aproximadamente un año en cada empresa. Estos job hoppers son los más apreciados, ya que su motivación de cambio surge de la búsqueda de nuevos retos para crecer en su carrera profesional. Cada vez hay más empresas conscientes del valor añadido que supone contar con este tipo de personas en su plantilla.
Cualidades de un job hopper
El modo de vida y el desarrollo laboral de estos profesionales trae consigo una serie de ventajas que los convierte en personas muy valoradas por parte de las empresas. ¡Te contamos cuáles son!
– Capacidad de aprendizaje. La curiosidad y la ambición conllevan un gran entrenamiento de la agilidad mental, que resulta ser señal clara de que existe una habilidad desarrollada para aprender nuevas funciones y asumir retos. Los constantes cambios que surgen en numerosos sectores, como el tecnológico, hacen que por mucho conocimiento teórico que se tenga, sea imprescindible seguir formándose continuamente.
– Facilidad de adaptación. Enfrentarse a situaciones nuevas puede generar tensión y estrés. No obstante, si se está acostumbrado a ellas, la destreza a la hora de enfrentarlas será mucho mayor. Frente a la incertidumbre, las empresas buscan profesionales seguros de sí mismos, resilientes y que se adapten eficazmente a los vaivenes del entorno.
– Dotes comunicativas y organizativas. Este perfil profesional ha tenido la oportunidad de armarse en su camino de un amplio bagaje en habilidades de comunicación y gestión de tareas. Gracias a esto, puede aportar distintas metodologías de organización que haya ido utilizando a lo largo de su carrera laboral. Del mismo modo, es probable que su grado de empatía sea mayor y, por tanto, se entienda fácilmente con sus compañeros de trabajo.
– Proyección laboral. Los job hoppers tienen claras sus metas y no tienen miedo de ir a por ellas. Por tanto, contar con este perfil dará a la empresa la ventaja de tener personas decididas, conscientes de sus carencias y abiertas a la mejora constante.
– Dominio del know how. Otra cualidad de este tipo de perfil es su expertise, mediante el cual pueden aportar un interesante valor a la empresa. Nuevas ideas, mejoras en la productividad e incluso conocimientos novedosos sobre el sector; todo esto permite a las compañías desarrollar una importante ventaja competitiva.Cómo evitar perder el atractivo laboral
Conscientes de los beneficios de contratar a estos profesionales, las empresas deben estar alerta para fidelizar el talento, así como atraer a los candidatos hacia las empresas, ya sea para integrarlos en plantilla a largo plazo o para proyectos puntuales.
¿Cómo pueden las compañías cuidar de estos perfiles tan valorados? Saber cómo se comportan, qué les motiva y cuáles son sus necesidades es muy importante para ofrecerles aquello que realmente aprecian y les atrae.
Una de las características más relevantes es su necesidad de crecer y aprender, por lo que una buena forma de fidelizarlos es hacerlos partícipes de diferentes proyectos que les permitan desarrollarse profesionalmente. Del mismo modo, a diferencia de las tareas monótonas y mecánicas, los job hoppers exigen actividades dinámicas en las que puedan trabajar a través de objetivos. También necesitan asumir retos y correr riesgos, por lo que buscan un entorno en el que se les otorgue libertad para aportar sus ideas y probarlas
Si, por el contrario, eres un job hopper que quiere mantener su atractivo ante las compañías a las que se presenta, recuerda aprovechar la entrevista personal para remarcar todas aquellas habilidades y aptitudes que has conseguido durante tota tu trayectoria profesional. Además, la transparencia y la honestidad son las cualidades más valoradas por cualquier empresa.
Una de las grandes motivaciones a la hora de atraer a este tipo de talento es el efecto dinamizador que produce en los equipos de trabajo. El modo de hacer las cosas está cambiando en el mundo laboral, los profesionales ya no buscan la seguridad a largo plazo en una compañía, sino que confían en sí mismos para crecer en diferentes ámbitos gracias a sus aptitudes.
Para aprovechar este fenómeno al alza, las empresas deberían apostar por espacios comunicativos y por un liderazgo participativo, donde fluya la creatividad y los empleados se sientan libres para aportar su talento y conocimientos personales a los procesos de trabajo.
Y a ti, ¿te gustaría ser un job hopper?