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Hasta ahora, el ‘brainstorming’ había sido la técnica estrella a la hora de generar ideas y resolver problemas de manera grupal; sin embargo, este sistema parece haber quedado obsoleto, debido a que recientemente se ha creado una nueva metodología de trabajo en equipo basada en la interacción silenciosa: el brainswarming.

En este proceso, los miembros del grupo aportan sus ideas mediante notas de papel, creando un gráfico perfectamente jerárquico (en primer lugar el objetivo final, en segundo, los sub-objetivos y en tercer nivel, los recursos necesarios) y estructurado, que permite acercarse al problema de una manera general y centrarse en apuntes concretos a la vez.



Se busca la calidad y no la cantidad de ideas y el enriquecimiento de éstas a través de las sinergias entre las distintas aportaciones. Este sistema tiene una inspiración natural y su traducción es “enjambre de ideas”. Así, el propósito es generar una estructura imaginativa de percepciones individuales que vayan creando, a través de la interacción, fusión y mejora de éstas, una solución sólida, homogénea y eficaz.

​En el brainswarming no existe una interacción directa entre los participantes, sino que se sigue el rastro marcado por el anterior para continuar el camino y moverse en dirección al objetivo. En la práctica, consiste en un conjunto de papeles que crean una estructura tanto vertical como horizontal, en la cual los integrantes del grupo van dejando sus ideas, de manera que cualquiera puede aprovecharse de los aportes anteriores y tomar el rumbo al que más provecho le pueda sacar.

La interacción con los demás miembros de este proceso se produce únicamente de esta forma, ya que no está permitido hablar. De esta manera no se cohíbe a nadie por las ideas que pueda expresar o por la simple vergüenza de hablar en público.

Además, no hace falta que el proceso se realice en una sala con todo el grupo, sino que puede tratarse de una actividad alargada en el tiempo. Con esto se consigue un trabajo en paralelo que incide positivamente en la productividad de cada uno de los participantes. Poco a poco se irá generando un árbol de ideas y se podrán sacar conclusiones definitivas gracias a las aportaciones colaborativas de cada miembro. Aumentar el dinamismo es uno de los objetivos de esta técnica.

El brainswarming ha calado en el mundo de los métodos de trabajo grupales como una técnica más eficaz y natural que las existentes hasta el momento, ya que favorece el pensamiento individual y el trabajo colaborativo.

¿Te gusta esta nueva propuesta o sigues prefiriendo el clásico brainstorming? ¿Es el trabajo colaborativo y la interacción silenciosa la nueva forma de trabajo en grupo?