Tienes el trabajo, ¿por qué actúas como si no lo quisieras? Vas todos los días a trabajar pero demuestras que no quieres ser parte, entonces ¿cuál es el problema?
A veces son las pequeñas cosas que pueden despedazar tu productividad y tu reputación, ya sean intencionales o no. Asegúrate de que tus acciones no hablen más alto que tus palabras y mantente alejado de estos malos hábitos:
1. Llegar tarde
No puedes cambiar tu historial de trabajo o tu nivel de habilidad actual (estás trabajando en eso), pero puedes llegar a tiempo. Si la puntualidad siempre ha sido difícil para ti, prepara todo lo que puedas la noche anterior y considera todos los factores como tráfico, hacer algo que se te fue el día anterior, un potencial imprevisto. La puntualidad es también profesionalismo. Y respeto.
2. Quejarse
Un lugar de trabajo es como cualquier otro lugar, nunca es perfecto. Pero no seas la persona en la que todos puedan confiar para señalar lo obvio.
Si constantemente estás descargando energía para quejarte, no va a ser productivo. Y la gente lo notará. Es una bandera roja para los demás que no te hagas responsable de tus acciones y no puedas manejar el cambio - dos cosas que no van a hacer que logres un ascenso en corto plazo.
3. Olvidarse del equipo
Ser un lobo solitario puede funcionar cuando se necesita concentración pero si buscas éxito profesional debes ser agente activo de construcción de equipo.
Es un error creer que no se necesita el apoyo y la cooperación de otros. Serás medido en tu propio rendimiento, pero mejorará cuando trabajes bien con los demás.
Sin duda has trabajado duro para llegar a donde estás hoy. No dejes que algunos malos hábitos perjudiquen tu reputación y pongan en peligro tu trabajo. No hay vergüenza en asumir la responsabilidad y convertir un problema potencial en una oportunidad.