En el marco del nuevo proyecto de ley que el Gobierno ingresó hace casi un mes al Congreso, el cual busca aumentar la flexibilidad horaria en la jornada de trabajo de los chilenos, Randstad realizó una encuesta a más de 440 compañías de diferentes tamaños e industrias, con el fin de evaluar cómo esta medida es percibida por el mundo empresarial y qué efectos, según su percepción, tendrá para el mercado laboral.
De acuerdo al estudio, 75% de los participantes está de acuerdo con la reforma y 70% la aplicaría en su organización; mientras que la mayoría piensa que su aplicación contribuiría a disminuir el desempleo (32%), porque existe un mayor porcentaje de la población laboralmente activa que tiene disponibilidad para emplearse de manera flexible.
En segundo lugar se ubica la apreciación de que su implementación incrementaría el trabajo informal, puesto que las personas destinarían el "tiempo libre" en este tipo de ocupaciones, con el fin de obtener un segundo ingreso (16%); seguida por la alternativa de que aumentaría la rotación, puesto que las personas comenzarían a cambiarse a organizaciones que se adhieran a esta medida, dada la preferencia que los empleados tienen por el horario flexible.
Al respecto, Francisco Torres, director de staffing & outsourcing de Randstad, dice que, “pese al optimismo que existe en cuanto la baja que la ley podría generar en las cifras de desempleo, uno de los principales temas que ha debido enfrentar el Gobierno, considerando que la tasa se ha mantenido estancada en torno al 7% desde el año pasado; no tenemos certeza sobre cómo estas medidas influirán en el mercado, ya que se pueden dar múltiples escenarios.
Lo que sí sabemos es que la fuerza laboral está cambiando y que promover este tipo de cambios es fundamental para que las compañías se mantengan competitivas a ojos de los candidatos, especialmente de los más jóvenes. De hecho, ya en 2015 se percibía que, en el futuro, un porcentaje significativo de trabajadores será independiente, pues estarán buscando más flexibilidad y hacer lo que realmente disfrutan, impulsados por sus principales motivaciones, preocupaciones e intereses.
Asimismo, no hay que olvidar que el desempleo juvenil en Chile (entre 18 y 29 años) llega a cifras por encima del 15%, por lo que la elasticidad horaria permitirá que accedan más fácilmente a ocupaciones de mejor calidad en términos de contratos y regulaciones normativas, incluso pudiendo conciliar el rol de trabajo-estudio”.
Asimismo, en otro de los puntos consultados por Randstad relativos a esta temática, la investigación arrojó que un 31% de las firmas tiene implementadas políticas de home office y que los principales beneficios percibidos sobre esta metodología son: mayor equilibrio trabajo-familia, con 23%, que es precisamente uno de los aspectos a los que apunta la Ley; más capacidad para atraer y retener talento y aumento de los índices de productividad, ambas opciones con 17%; y reducción de los costos, tanto para la compañía como para el trabajador, con 16%.
En este sentido, el ejecutivo de la multinacional señala que estas ventajas se podrán concretar solo en la medida en que las empresas manejen de buena forma las tendencias que se están vislumbrando.
“Todas las medidas que vayan en dirección a aumentar la flexibilidad, ya sea en la jornada horaria, en el tipo de contrato (empleo temporal) o en la modalidad de desempeñar las funciones, no solo son positivas en este aspecto, sino que también influyen en la satisfacción de los empleados y en su nivel de motivación y compromiso con la compañía, lo que eventualmente repercute en los indicadores de producción, siempre y cuando sean prácticas que vayan acompañadas de una estrategia en cuanto al seguimiento del rendimiento por parte de las compañías”, sostiene.
No hay que olvidar que el primer trimestre de 2019 vio este indicador retroceder en Chile, ya que la productividad retrocedió 0,6% respecto al primer periodo del año anterior.
“Y es que la solución a estos y otros asuntos laborales no pasa por la distribución de las horas de la jornada o por tener más o menos tiempo en la oficina, que en Chile ya es bastante, sino que va por cambiar la mentalidad empresarial, generando una cultura de engagement y trabajo por objetivos, e implementando una evaluación de desempeño por resultados cuantitativos y cualitativos, que se apegue fielmente al cumplimiento de las metas propuestas”, concluye Francisco.