Entre los complejos procesos desarrollados por el cerebro, se encuentra la habilidad de generar una idea a partir de un número ínfimo de datos. Esta capacidad fue bautizada en psicología como thin slicing.
El cerebro humano es uno de los objetos más complejos del universo. Gestiona, de forma inconsciente, el 90% de las acciones diarias. Entre estos procesos se encuentra la habilidad de generar una idea a partir de un número ínfimo de datos.
Esta técnica es la encargada de generar los prejuicios. Aplicada a los recursos humanos, significa que inconscientemente y en pocos segundos, los profesionales son capaces de identificar cómo es una persona a través de su ropa, su forma de expresarse o sus gestos.
Esta capacidad fue bautizada en psicología como thin slicing (rebanado fino) en 1992 por Nalini Ambady y Robert Rosenthal. Es la culpable de causar o no una buena primera impresión en, por ejemplo, una entrevista de trabajo. Sin embargo, el thin slicing va más allá de generar una idea en torno a una persona. También permite extraer lo que se necesita saber de un currículo en menos de 10 segundos. Pero, ¿cómo es posible?
Un CV se valora en menos de 10 segundos
Un estudio realizado por el National Citizen Service, un programa británico que ofrece trabajo y formación a los jóvenes, determinó que bastan 8,8 segundos para valorar la vida laboral de un candidato. En empresas donde se recibe una gran cantidad de CV al día, se invierte poco tiempo en analizar detenidamente cada documento. Un simple vistazo sirve para decidir si interesa seguir leyendo o para descartarlo.
Piers Linney, empresario y antiguo Co-CEO de Outsourcery, compara este hecho con las apps donde los usuarios deciden si una persona les parece atractiva o no solo por la foto. Según Linney, las empresas buscan algo parecido a un flechazo, un CV que les transmita a primera vista la sensación de que detrás hay una persona con, según sus palabras, “un carácter fuerte, tenacidad y resistencia”.
Hacer atractivo un CV no es una tarea complicada. Es necesario invertir algo de tiempo en ello, pero puede ser la diferencia entre conseguir o no un puesto de trabajo. Para evitar que un CV sea descartado en unos segundos, es preciso evitar ciertos errores bastante comunes, además de cuidar la presentación.
Elaborar un buen Elevator pitch
Siguiendo esta línea, el elevator pitch es una herramienta interesante para hacer networking. Parte de una situación hipotética en la que una persona coincide con un cliente, inversor o posible colaborador en un ascensor. Durante el corto trayecto, la persona debe ser capaz de despertar el interés de su interlocutor. No se trata de vender sino de conseguir un nuevo encuentro, como una entrevista o reunión. Esto es aplicable también a, por ejemplo, una entrevista de trabajo; pues en pocos minutos el entrevistado debe mostrar que es el candidato ideal para el puesto. Por ello, es aconsejable:
– Llevar preparadas frases cortas, sencillas y contundentes que definan el modo de ser. El profesional de recursos humanos se interesará por la experiencia laboral, pero también por el perfil psicológico. En cada respuesta se pueden añadir, de forma natural, frases que indiquen la forma de enfrentarse a situaciones o la capacidad para trabajar en equipo y crear un buen ambiente de trabajo.
– No ser repetitivo. El CV ya indica la experiencia y los estudios que posee el candidato. Por ello es aconsejable aportar información complementaria de cada dato. No se trata de, por ejemplo, mencionar las calificaciones obtenidas en los estudios, sino de revelar aspectos que denoten ciertas habilidades y características que resultarían adecuadas para el puesto y que no vienen reflejadas de forma explícita en el documento.
– Sonreír, mostrarse natural y relajado y escuchar. De esta forma, se consigue que la entrevista sea cercana a una conversación, en lugar de convertirse en un proceso incómodo. El entrevistador posiblemente haya realizado más entrevistas y, entre dos candidatos con un perfil laboral parecido, se decantará por el que le haya transmitido más confianza y serenidad.
Cuidar el lenguaje no verbal
Como se ha mencionado anteriormente, los gestos influyen en la imagen inicial que se hace una persona de otra. Y no solo eso: según el investigador Albert Mehrabian, el 55% de la comunicación son señales y gestos, el 38% es vocal (tono, matices) y tan solo el 7% restante es verbal. El lenguaje corporal y la comunicación no verbal conforman un mundo complejo, donde a lo largo de la historia múltiples expertos han tratado de traducir a palabras el significado de cada gesto que realiza el ser humano.
Lo más importante de esto es que se puede entrenar, se puede mejorar. Los grandes oradores llegan a dominar este arte y gesticulan apropiadamente de forma inconsciente. Para llegar a ese punto, el único camino es la constancia. Como todo, controlar la comunicación no verbal requiere de práctica. En un principio el lenguaje corporal se debe corregir de forma activa, pensando en ello mientras se habla. Con el tiempo, la buena comunicación no verbal surgirá de forma inconsciente.
El camino hacia un puesto de trabajo pasa por varias “primeras impresiones”. En primer lugar, el CV debe ser lo suficientemente atractivo como para que el profesional de RRHH decida solicitar una entrevista personal. Una vez en la entrevista, la primera mirada o el primer gesto sirven para generar una idea de cómo es el candidato. Por último, el lenguaje no verbal usado durante la misma influirá en la decisión final.
Así pues, es de vital importancia esforzarse en mejorar estos aspectos. No se trata de sorprender al interlocutor con una imagen que no corresponde a la realidad, sino de mostrar en poco tiempo que se poseen las habilidades y capacidades necesarias para el puesto.
Y tú, ¿te esfuerzas en causar una buena primera impresión?