blog_image_DB966491-C7DA-48A1-B559-E85A919905B2.jpeg
blog_image_DB966491-C7DA-48A1-B559-E85A919905B2.jpeg

Muchos factores intervienen pueden intervenir en el nivel de presión que sufren los trabajadores. ¿Qué podemos hacer para minimizarlos?

Los constantes cambios a los que está sujeto el mundo laboral han desencadenado que los niveles de competencia y de exigencias al interior de las organizaciones aumenten. Esta situación puede generar altos niveles de presión entre sus miembros al convertirse en parte de la cotidianidad laboral de estos profesionales y propiciar así en ellos la aparición de patologías como estrés, depresión, insomnio o adicción al trabajo. Trastornos en los que el factor emocional o psicológico juega un papel determinante, ya que esta circunstancia, en el largo plazo, puede crear lo que se ha denominado como Síndrome de Burnout o desgaste profesional: fatiga crónica o ineficacia. 

Las consecuencias de este tipo de afecciones son negativas tanto a nivel fisiológico como cognitivo, incidiendo en muchos aspectos del ciclo vital de cualquier adulto.

La mayoría de estas situaciones son causadas por el ritmo de vida actual, que provoca un estado de constante activación, la ansiedad que de ello se deriva o el incumplimiento de aspiraciones laborales y objetivos a largo plazo.

Las empresas deben tener conocimiento del nivel de satisfacción de sus empleados y hacer una valoración de sus condiciones laborales. Promover la cooperación, la flexibilidad y el bienestar en general deben ser prácticas habituales de las organizaciones; si el trabajador se siente cómodo y realizado psicológicamente, aumentará la calidad de su trabajo y la empresa incrementará su productividad. Generar un entorno laboral saludable resultará, por tanto, beneficioso para ambas partes: el trabajador mejorará en calidad de vida y la empresa en rendimiento profesional. 

Técnicas para prevenir enfermedades profesionales

La clave para prevenir el estrés laboral y los riesgos psicosociales desde las empresas reside en la organización y la gestión del trabajo. Técnicas como organizar las labores mediante bloques, diversificar las relaciones laborales, recompensar a los trabajadores por un buen rendimiento, favorecer la motivación y la ambición mediante una mayor participación o establecer políticas que ayuden a los empleados a conciliar su vida personal y profesional. 

En busca del equilibrio personal y profesional

A nivel individual, el principal objetivo del trabajador debe ser encontrar el equilibrio entre vida laboral y personal. Seguir algunas pautas como planificar el tiempo, priorizar tareas y saber disfrutar del tiempo libre pueden ser la clave para alcanzar la estabilidad necesaria. 

Llevar a cabo un ocio activo, es decir, que invite realizar actividades con cierta planificación u horarios predefinidos, es una práctica recomendable para no perder el ritmo de vida al que se está acostumbrado, pero exento de las responsabilidades diarias.

De estas iniciativas y estudios se abre un debate acerca de la educación necesaria para el crecimiento profesional y personal.

¿Es necesario que desde edades tempranas se estimule la ambición? ¿Se necesita algún tipo de formación para evitar las enfermedades profesionales?