Sin duda, la reestructuración laboral que se ha dado en medio de la crisis sanitaria y que ha sido implementada principalmente a través de la Ley de Protección al Empleo, intensificó considerablemente la preocupación de la población por mantener su fuente de generación de ingresos y resintió la movilidad voluntaria de los trabajadores. De hecho, de acuerdo a la edición del primer trimestre del año del Workmonitor, estudio de tendencias de Randstad[1]; la rotación laboral en Chile cayó 4,8 puntos porcentuales (pp) en 12 meses, tomando en cuenta que 21,9% de los encuestados afirmó haber cambiado de empleo durante el último semestre versus 26,7% conseguido en el primer quarter de 2019. Revisa el nivel alcanzado en miedo a perder el empleo.
Con esto, el país se transformó en la tercera nación del mundo en la que más descendió este indicador, superada solo por Canadá, con -7,9 pp, y Portugal, con -5,9 pp; y en la que obtuvo la rotación más baja a nivel latinoamericano[2]. Asimismo, el índice disminuyó en 6 de las 8 naciones más afectadas por el Covid-19 en cuanto al número de contagios confirmados, es decir, Italia (-3,8 pp), Turquía (-2,9 pp), España (-1,9 pp), Reino Unido (-0,9 pp), Estados Unidos (-0,8 pp) y Brasil (-0,5 pp); mientras que la rotación subió en Francia (+2,4 pp) y en Alemania (+4,3 pp).
Al respecto, Felipe Lagos, director de Randstad Professionals, señala que esto se debe principalmente a que hoy existe una muy limitada creación de puestos de trabajo, ya que gran parte de las compañías congeló sus procesos de contratación de personal en el marco de la desaceleración económica provocada por la crisis mundial. Incluso, un informe del Banco Central muestra que, en Chile, durante abril hubo una caída de 60,9% de las ofertas laborales publicadas en internet en relación al mismo mes del año pasado, el mayor descenso observado desde enero de 2015, por ende, en este momento es bastante complejo que se produzcan nuevas oportunidades para cambiar de empleador, que es lo que mide este sondeo[3].
Adicionalmente, “en el trimestre móvil enero-marzo el desempleo llegó a 8,2%, su nivel más alto en una década; sumado a que más de 60 mil empresas suspendieron temporalmente el contrato de sus trabajadores, lo que significa que alrededor de medio millón de personas vieron paralizadas sus funciones. Por otro lado, la tasa de ocupación informal alcanzó el 28,9%, la más alta de toda la serie, con un aumento de 1,6 % en 12 meses”, explica el ejecutivo. Felipe agrega que, tanto la cifra de desempleo como la de rotación laboral se van a ver más impactadas en las próximas mediciones, ya que ambos sondeos solo muestran los primeros 15 días de los efectos de la pandemia en el país. Cómo mantener el compromiso de los trabajadores suspendidos.
Igualmente, vale la pena mencionar que una rotación elevada no siempre es reflejo de una economía sana, puesto que si se da en periodos cortos de tiempo provoca inestabilidad. Por ejemplo, en 2014 la rotación alcanzó 27% en el primer trimestre, un año en el que el PIB de Chile anotó su peor desempeño en cinco años. “El escenario ideal es no tener peaks demasiado extremos, reflejando estabilidad del mercado laboral y que se están abriendo nuevas oportunidades, pero también que hay un esfuerzo de las compañías por retener talento y evitar perder profesionales valiosos para el crecimiento de la organización. Revisa los beneficios del teletrabajo
Y es que una alta rotación conlleva una pérdida importante de recursos; primero, se pierde el know how que ha adquirido el trabajador en su curva de aprendizaje; segundo, hay que invertir una gran cantidad de tiempo activando un nuevo proceso de selección; y tercero, perjudica la calidad del servicio al cliente, quienes se sienten más cómodos hablando con un interlocutor”, dice.
Durante el primer trimestre del año, el descenso más considerable en rotación laboral se dio entre las mujeres, con una baja de 7,3 pp; mientras que en los hombres registró una caída de 2,2 pp. En cuanto a los rangos etarios, el indicador se derrumbó considerablemente en el segmento con más movilidad histórica, es decir, en los profesionales de 25 a 34 años, pasando de 36,8% a 24,5%, con -12,3 pp. en un año, seguido por el tramo de 35 a 44 años (-8 pp) y luego por el de 18 a 24 años (-4,1 pp); mientras que en los mayores de 55 creció 1,6 pp y entre los colaboradores de 45 a 54 años tuvo un alza de 0,9 pp.
Según la misma investigación, el principal gatillador de rotación voluntaria en Chile es mejorar las actuales condiciones de trabajo, con 35% de las preferencias, “lo que si bien tiene relación con temas monetarios, también hace alusión a ítems blandos, como tener mejores beneficios o estar más cerca de la oficina, aumentando la calidad de vida, entre otros; sin embargo, como hoy no está dado el contexto para que se presenten todas las variables, la rotación laboral se vio estancada”, enfatiza.
Por último, del resto de países Latinoamericanos que participan en el estudio, Brasil alcanzó 30,9%, una caída de 0,5 pp. en la rotación en 12 meses; México llegó a 24 pp, mostrando un alza de 4 pp.; mientras que Argentina registró 23,8%, un crecimiento de 0,8 pp.
Y en tu organización, ¿cómo se ha desempeñado la rotación voluntaria?
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[1] La muestra del estudio se obtuvo desde el 13 al 30 de marzo, en plena fase 4 de la emergencia sanitaria, iniciada el 16 de marzo en Chile.
[2] De Latinoamérica, participan en el estudio Argentina, Brasil, México y Chile.
[3] Mide rotación voluntaria, ya que se realiza solo a empleados asalariados que trabajan un mínimo de 24 horas a la semana y que tienen un trabajo remunerado (no independientes).