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Que el trabajo remoto llegó para quedarse es un hecho que ya no está en discusión. Incluso, a raíz de la comprobación de su permanencia han ido surgiendo nuevas temáticas que vale la pena tener en consideración para que las empresas operen con éxito de manera remota. Y es que si bien se demostró que esta modalidad no afecta la productividad, aún quedan tareas pendientes, como definir estrategias para mantener el compromiso de la gente que continuará trabajando a distancia, mejorar la experiencia que los empleados tienen desempeñando sus funciones desde casa y resguardar su salud mental. Revisa la nota sobre cómo comprometer a un equipo remoto.



En este sentido, un estudio de Randstad realizado a cerca de 500 tomadores de decisión de diferentes sectores, reveló que 72% de las compañías mantendrá el home office para los departamentos que pueden ejercer a distancia. Del 28% restante, 18% reconoce que aún no ha tomado esta decisión y 10% sostiene que todos tendrán que volver a la oficina; mientras que el principal desafío que las firmas se han plateado para 2021 en torno al tema es crear y sostener un ambiente laboral propicio para el teleworking, con 45%.



Al respecto, Felipe Lagos, director de ventas de Randstad, señala que esto es una buena señal, ya que hoy es fundamental que los líderes de RR.HH. se preocupen por generar entornos de trabajo amigables, ya sean presenciales o remotos, sobre todo considerando que en momentos de crisis el salario deja de ser la prioridad número uno para las personas. “Aunque tener una renta acorde al mercado no deja de ser relevante para los colaboradores, en circunstancias complejas valoran enormemente ser parte de una organización que escuche sus preocupaciones y cuyas políticas de comunicación interna privilegien los mensajes claros y transparentes, generando así las condiciones idóneas para llevar adelante las responsabilidades propias de cada cargo.

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De lo contrario el compromiso e identificación con la empresa podrían verse afectados de manera directa, repercutiendo también en la forma en que los grupos se integran y relacionan. Si los equipos perciben respeto, colaboración, compañerismo y empatía, se sentirán en un ambiente favorecedor para desarrollar su máximo potencial. Por ello, resulta imprescindible que el home office sea un pilar clave en la propuesta de valor al empleado (PVE), pero sin perder de vista que es necesario ocuparse de crear y conservar un clima laboral propicio para desempeñarse a distancia, especialmente ahora, que nos encontramos en una situación marcada por la preocupación por la salud y por conservar la fuente de generación de ingresos”, sostiene. Aparte, agrega, la amenaza para el bienestar físico no es el único problema de salud que ha surgido de la pandemia, sino que también de salud mental como el estrés, la ansiedad y la depresión. 

 

Asimismo, del 72% de las organizaciones que mantendrá el home office, 17% lo implementará a tiempo completo y 55% planea hacerlo algunos días a la semana, lo que no “conversa” con el dictamen emitido por la Dirección del Trabajo, el que si bien da luz verde a la combinación de jornadas, no la autoriza dentro de una misma semana. En este tema, el ejecutivo de la multinacional comenta que más allá de cómo se van a mezclar los días, lo importante es que las compañías definan la mejor forma de optimizar la productividad bajo una modalidad mixta.



En el caso presencial debe primar el cumplimiento de protocolos y medidas sanitarias que garanticen la continuidad operacional del negocio en un ambiente seguro; en el teletrabajo es imprescindible que el personal cuente con todas las herramientas para desempeñar sus funcionen sin ningún tipo de impedimento; mientras que en ambos la prioridad es resguardar de manera rigurosa la salud física y mental de los empleados y generar planes con foco en aumentar la calidad de vida, además de equilibrar la vida personal/profesional”, asegura.

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El estudio también muestra que la habilidad de liderazgo más deseada en un gerente es la capacidad de adaptarse a un mercado en constante cambio (22%), seguida por tener visión de futuro y adelantarse a las contingencias (18%) y por ser un líder inspirador (18%); mientras que más abajo se encuentra la capacidad de análisis y resolución de problemas (17%), de comprometer a equipos de trabajo con jornada mixta (15%), y de innovar (10%).



Frente a esto, Lagos sostiene que “al buscar empleo, ya sea durante el tiempo que dure la crisis o post pandemia, los altos ejecutivos deben comprender que es imprescindible destacar sus habilidades blandas y, si no las tienen desarrolladas, que es el instante de comenzar a ocuparse de ello. Hoy más que nunca las evaluaciones irán de lo soft a lo hard, específicamente porque atravesamos un momento en el que es clave saber ‘leer’ las nuevas necesidades de los clientes, por lo tanto, quien marcará la diferencia será quien comprenda dónde está la demanda y cómo se reconfigura el modelo de negocio para poder satisfacerla, lo es mucho más complejo de aplicar que un conocimiento técnico”, concluye. 

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