Para nadie es una novedad que los avances tecnológicos han influido enormemente en las organizaciones, provocando efectos positivos en aspectos como eficiencia, comunicación, capacitación y flexibilidad. Sin embargo, el desarrollo de las TIC también ha traído consigo la preocupación constante por la automatización, el reemplazo del trabajo o la extinción de determinadas tareas. Basta con mencionar que más de la mitad de los chilenos piensa que su actual labor será automatizada durante la próxima década, cifra que a nivel mundial solo es superada por India (70%); China (68%); México (56%); y Turquía (54%), de acuerdo al Workmonitor de Randstad del primer trimestre de 2015.
En los próximos diez años se prevé que las formas y métodos de trabajo se transformen, dando lugar a nuevas profesiones. Un cambio que vendrá impulsado por la incorporación al mercado laboral de los millennials, los jóvenes nacidos aproximadamente en las décadas de los ochenta y los noventa. Para entonces, se espera que se produzca un gran proceso migratorio desde los entornos rurales hacia estos núcleos urbanos más grandes y desarrollados, lo que implicará cambios en la estructura del mercado laboral. En este sentido, surgirán grandes desafíos para la gestión de personal y es ahí donde los departamentos de recursos humanos encontrarán un gran reto: adaptarse a la Smart People (perfiles profesionales propios de las Smart Cities); y hacer uso de las plataformas de datos abiertos para conseguir una mayor eficiencia, ahorrar costos, mejorar las prestaciones e impulsar el crecimiento económico.
Por otro lado, como las tecnologías ayudan a elevar la productividad, se genera un escenario más competitivo, el que exige a los profesionales enfrentar constantemente retos y poner en práctica nuevas habilidades, por lo que deben mantenerse actualizados, vigentes y ser capaces de adaptarse a los incesantes cambios del mercado, lo que es positivo en términos profesionales.
¿Cuáles son las profesiones u oficios que dejarán de existir producto de la modernización?
Existen diversas opiniones y visiones respecto a si el progreso tecnológico está eliminando o no la demanda de ciertos tipos de empleo, algunas de ellas bastante pesimistas considerando que varias fábricas en el mundo se han automatizado. Sin embargo, el desarrollo de nuevas herramientas es precisamente lo que permite que el ser humano se vaya desmarcando de funciones mecánicas y siga evolucionando en todo sentido y, en este sentido, la tecnología contribuye más a la creación de nuevas plazas de trabajo que al reemplazo de ciertas tareas. Es verdad que hay máquinas que pueden reemplazar personas en funciones específicas, pero con dicha tecnología se crean otras tareas que el hombre debe cubrir. Así, en esta área del conocimiento se demandan y valoran profesionales con plena formación digital, pero con alta capacidad de resolución de problemas. Se trata de una función cognitiva, incapaz de ser llevada a cabo por máquinas y muy productiva para las organizaciones. Posiciones que requieren creatividad, comunicación empática, entablar relaciones interpersonales y tomar decisiones serán difícilmente reproducibles por un algoritmo, que simplemente puede potenciar o ayudar a realizar esas tareas.
¿Cuáles son las profesiones o áreas de especialización nuevas que cree que surgirán en los próximos años?
Si aumentan las estructuras digitales o robóticas, por ejemplo, se requerirán más expertos e ingenieros que deban ocuparse de este tipo de tareas. Internet ha sido fundamental en el surgimiento de nuevas y exigentes profesiones, las cuales hace diez años eran inimaginables, como pilotos de drones, especialistas en protección de datos, webmasters y analistas digitales, empleos que han sido generados principalmente por la necesidad que hoy en día tienen las compañías de marcar presencia en el mercado digital y estar preparadas para optimizar las relaciones virtuales con los clientes. Pero no solo Internet ha supuesto nuevos puestos de trabajo, sino que los desarrollos en biotecnología, ingeniería genética o robótica, también comienzan a aportar nuevas formas de empleo que serán decisivas para la creación e innovación en las sociedades del futuro.
Por último, los sectores de Energía y Educación también serán grandes creadores de puestos de trabajo en el futuro más cercano. El primero vendrá ligado a profesionales que diseñen y construyan redes de suministro inteligente con el fin de ahorrar en el consumo. El segundo, de faceta mucho más social, jugará un papel fundamental en la enseñanza, imprescindible para el desarrollo de las Smart Cities.
¿Qué tan preparados estamos en Chile para afrontar estos cambios en el mercado profesional?
Randstad Chile señala que la transformación en el país se ha ido dando de manera natural y de acuerdo a las demandas urgentes del mercado. Aparte de iniciativas puntuales, como organismos que han surgido para apoyar proyectos de I+D y fomentar el estudio en esta rama del conocimiento, no se observan planes o políticas a largo plazo que busquen enfrentar los cambios que generará la sociedad en el futuro y que, como efecto dominó, incidirá en el mundo del empleo. Es importante considerarlo, porque el país debe estar preparado para adaptarse a esta realidad y evolucionar de forma paralela, generando nuevas plazas laborales y al mismo tiempo fomentando el desarrollo de las competencias necesarias para cubrir estas oportunidades, las cuales no solo se dan en el área de IT.
¿Qué tan necesario es que las instituciones de educación (universidades, liceos técnicos e IP) se adelanten a estas nuevas necesidades del mercado?
El tema educativo viene de la mano con las políticas públicas y privadas que se generen a nivel nacional, ya que esta es la otra arista del triángulo que involucra tanto al Estado como al empresariado. Las ciudades del futuro se destacarán, en gran parte, por recurrir a la economía del conocimiento, haciendo uso de las tecnologías y la investigación para desarrollar avances en sectores como la ciencia, industria y comercio, por lo que la búsqueda de talento se centrará cada vez más en los perfiles denominados STEM (Science, Technology, Engineering & Mathematics), es decir, aquellos que cuentan con formación en ingenierías como Informática o de Telecomunicaciones; carreras relacionadas con ciencias de la salud como Medicina y Farmacia; o las vinculadas a la Física o las Matemáticas. El desarrollo de los perfiles STEM irá asociado también a un gran aumento de datos e información, será importante, por tanto, que existan candidatos capaces de gestionar y utilizar el Big Data.