De acuerdo a la última edición del Workmonitor, estudio de tendencias de Randstad; el índice de movilidad laboral en Chile, que mide la confianza de los profesionales en encontrar un empleo similar o diferente durante los próximos 6 meses, alcanzó 119 puntos durante el segundo trimestre de 2018, 3 pts. menos que el trimestre inmediatamente anterior e igual puntuación que hace un año.
Del resto de países Latinoamericanos que participan en el estudio, Argentina llegó a 118 pts., Brasil obtuvo 126 pts., y México 125 pts., situándose todas las naciones de la Región por sobre el promedio mundial (110 pts.). A nivel global, India lidera la confianza, con 148 pts.; seguido por Malasia, con 138 pts.; y luego por Hong Kong, con 128 pts.; mientras que el índice más bajo se encuentra en naciones como Alemania (91 pts.), Austria (88 pts.) y Luxemburgo (83 pts.).
Desde la consultora señalan que la confianza de los trabajadores en Chile tuvo una leve baja en relación al trimestre pasado a pesar de que la OCDE en su informe semestral de perspectivas, fue bastante optimista en sus pronósticos para el crecimiento del país, previendo un alza del 3,6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) chileno para este año y el próximo; lo que se traduce en mayor dinamismo del mercado, más oportunidades de empleo y una confianza empresarial más sólida.
Sin embargo, la ejecutiva especifica que los resultados obtenidos en el índice de movilidad laboral, que precisamente miden la confianza en encontrar un nuevo trabajo en los próximos 6 meses, van en línea con las cifras de desempleo del país: 6,7%, en el trimestre febrero-abril de este año, manteniéndose en relación al año pasado y experimentando una baja de 0,2 décimas en comparación al período anterior, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Por su parte, la búsqueda activa de un nuevo empleo llegó a 15,5%, lo que representa una baja de 2,3 puntos porcentuales (pp) respecto al quarter anterior y de 0,5% en comparación al mismo periodo de 2017. Vale la pena mencionar que durante el primer trimestre de cada año, generalmente observamos un alza en este indicador, fenómeno influenciado por los pronósticos de crecimiento o desaceleración de la economía que realizan los expertos para el año que comienza, por los peaks que atraviesan aquellas industrias con una estacionalidad muy marcada y por motivaciones personales de los trabajadores, las que los impulsan a buscar nuevas opciones laborales al comenzar un nuevo año.
En cuanto a los rangos etarios, el segmento que se encuentra más activamente enfocado en conseguir un nuevo trabajo es el de 35 a 44 años, alcanzando 20% durante el segundo trimestre del año, lo que es natural que las personas que están en esta etapa de su carrera sientan que han alcanzado un tope y opten por mirar otras alternativas, si es que la empresa no les entrega opciones internas de desarrollo.
Además, actualmente con la mayor expectativa de vida que existe en Chile, un ejecutivo de más de 40 años aún está en proceso de evolución profesional y a tiempo para seguir avanzando, ya sea en su organización o en otra. Respecto a este mismo indicador, luego siguen los trabajadores de 45 a 54, con 18% de ellos indagando de manera activa otras opciones de trabajo, posteriormente se ubican aquellos de entre 25 y 34 años, con 16%; y los de 55 a 67 años, con 12%; finalizando con los más jóvenes (18 a 24 años), que alcanzan 9%.
Rotación Laboral
La rotación laboral en Chile bajó 4 pp respecto al trimestre anterior y 3,7 pp en un año, considerando que 18,5% de los trabajadores afirmó haber cambiado de empleo durante el último semestre, una de las cifras más bajas registradas desde que se realiza el estudio en 2010.
Al respecto, cabe mencionar que una rotación elevada no siempre es reflejo de una economía sana, puesto que si se da en periodos cortos de tiempo provoca inestabilidad y hay que tener en cuenta que las desvinculaciones también influyen en este indicador. El escenario ideal sería mantener un indicador sin peaks extremos, simbolizando estabilidad del mercado laboral y que se están abriendo nuevas oportunidades laborales, pero que también hay un esfuerzo de las compañías por retener talento y evitar perder profesionales valiosos para el crecimiento de la organización.
Por ejemplo, en 2014 la rotación laboral alcanzó 27% en el primer trimestre, e incluso llegó a 30% en el tercer quarter de ese mismo año; etapa en la que, primero, el PIB de Chile anotó su peor desempeño en cinco años; segundo, el ritmo de la generación de empleo había caído drásticamente y; tercero, el Banco Central reducía cada vez más la proyección de crecimiento para los meses venideros, lo que seguramente generó que se produjeran despidos en las compañías más afectadas por la desaceleración y/o que los trabajadores comenzaran a buscar activamente oportunidades en otras empresas e industrias que les generaran una sensación de mayor estabilidad, ya que -como se mencionó anteriormente- hay que considerar que parte de esta rotación es forzada (desvinculaciones) y otra porque los trabajadores abandonan la organización.
Con estos datos a la vista, el equilibrio observado en estos indicadores, es decir, no haber alcanzado peaks o bajas significativas, refleja que nos estamos alejando de la paralización que atravesó Chile durante gran parte de 2016 y 2017, un período que estuvo marcado por la incertidumbre económica causada, en parte, por una serie de reformas anunciadas por el gobierno de turno; por la constante caída de las proyecciones para el crecimiento del país y, posteriormente, por las elecciones presidenciales, lo que hizo eco en las empresas y en la confianza, golpeando fuertemente la percepción de los chilenos respecto a la recuperación del mercado en general.