La brecha podría llegar a su fin. Mucho se ha debatido sobre las profesiones vinculadas a carreras STEM (por sus siglas en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática) y el género femenino. La cultura predominantemente masculina del mundo de la ingeniería y la tecnología, la falta de incentivos para derribar prejuicios y un mundo simbólico muy arraigado en el género, contribuyeron a que las mujeres se apartaran históricamente de estas carreras.
Un informe de la Universidad de Lausana (Suiza) ha indagado recientemente sobre la influencia de los negocios en las elecciones de formación de las jóvenes y ha encontrado algunos datos interesantes. Una de las conclusiones más reveladoras del estudio indica que las mujeres son más propensas a cruzar los límites de las profesiones tradicionalmente consideradas masculinas al escoger su carrera.
¿Qué quiere decir esto? Que en cierta medida las jóvenes están invirtiendo el sentido de las tradiciones y volviendo positivo lo negativo. Según el informe, que rescata las respuestas de más de 3.000 estudiantes entre los 13 y los 15 años, las carreras tradicionalmente “de hombres”, al ser mejor valoradas, hacen que más mujeres se vuelquen a ellas. Algo que no sucede en sentido contrario, puesto que los hombres son mucho más reacios a volcarse a carreras asociadas al género femenino, como enfermería y docencia.
A la hora de elegir una carrera “típica” del propio género, las estadísticas mostraron que mientras el 64% de los hombres elegía una carrera típica de su género, solo un 32% de las mujeres elegía una carrera tradicionalmente relacionada al género femenino.
¿Qué incidencia tiene esto para las organizaciones de todo el mundo? De confirmarse la tendencia, podría tratarse de un cambio cultural en ciernes que permitiría romper con los estereotipos de género asociados culturalmente a las profesiones y abrir la puerta un sinnúmero de oportunidades coyunturales para capitalizar este fenómeno a través de planes de formación y educación alineados con esta nueva realidad.
A modo de ejemplo del potencial que tiene el cierre de la brecha, el Reino Unido sufre un creciente déficit de profesionales de TI en varias industrias. Un artículo de Randstad Reino Unido muestra cómo la economía del país podría verse afectada a causa de la brecha en las habilidades digitales, cada vez más requeridas en áreas como comercialización y ventas, relaciones públicas, medios y marketing y publicidad, que ofrecen nuevos puestos de trabajo para aquellos con skills vinculados a la transformación digital de la economía y los negocios.
En gran medida, la falta de mujeres en este segmento profesional explica la brecha, ya que ellas son solo un quinto de la fuerza de trabajo TI del Reino Unido. La oportunidad es inmejorable: generar las condiciones para atraer a las jóvenes mujeres hacia el sector de TI implicaría cerrar varias brechas culturales y económicas a la vez.
Afortunadamente, las nuevas generaciones están derribando los prejuicios y el valor asignado a los trabajos femeninos y masculinos. Así como las jóvenes invaden los puestos laborales tradicionales de los hombres, otras han logrado acceder a posiciones de liderazgo que hasta no hace mucho solo se reservaban a los hombres.
Catalyst, una ONG global que se propone acelerar el progreso de la mujer a través de su inclusión laboral, publica periódicamente un listado de las mujeres que ocupan posiciones de CEOs entre las 500 empresas S&P. Si bien ellas siguen siendo una minoría (5,8%), se destaca su liderazgo en grandes gigantes del mundo tecnológico, como IBM, Hewlett-Packard, Yahoo y Oracle, por nombrar solo algunas.
El camino a seguir está marcado por estas mujeres, el cambio cultural en marcha y los nuevos paradigmas de formación, para barrer prejuicios y llevar al género femenino a desembarcar definitivamente en los sectores de TI.