Después de un largo debate entre los distintos actores del país y luego de un extendido proceso constitucional, finalmente la ley N°20.940, correspondiente a la Reforma Laboral, fue publicada el 8 de septiembre en el Diario Oficial, cuya entrada en vigencia se hará efectiva a partir de abril del próximo año. En este contexto, Randstad realizó un sondeo a 142 ejecutivos nacionales para conocer su percepción frente a sus principales puntos, estudio en el cual 80% señaló que esta iniciativa tendrá efectos negativos para su empresa; 57% sostuvo que su discusión en el Congreso influenció sus decisiones de negocio durante el último año; mientras que 38% dice que lo deja “mal parado” para pactar acuerdos con sus trabajadores.
En relación al tamaño de las organizaciones, del total que considera que la Reforma tendrá un efecto nocivo para su compañía, 54% corresponde a grandes firmas; 27% a empresas pequeñas; y 19% a compañías medianas. En cuanto a la ubicación geográfica, las firmas más pesimistas se encuentran en la zona central, donde el porcentaje alcanza 85 puntos; mientras que en la zona norte llega a 8%, en el sur a 6% y en la zona austral apenas a 1%. Si lo analizamos por industria, la percepción negativa se acentúa en Servicios (31%), seguida de cerca por Manufactura (28%) y en tercer lugar por Industria & Retail (17%). El restante 24% lo componen los rubros de Ingeniería&Construcción (7%), Minería&Proveedores (7%), Tecnologías de la Información (7%) y Farmaceútica (3%).
Rita González, CEO de Randstad, señala que durante el último tiempo hemos venido escuchando opiniones divididas respecto a la Reforma Laboral y si los cambios estructurales introducidos por la nueva ley generarán o no más incertidumbre de la que ya existe en los círculos empresariales, sobre todo considerando que la actividad económica no da señales de repunte y que los indicadores reflejan que la desaceleración es evidente, lo que, sin duda, ha incidido en el empleo. Asimismo, los resultados reflejan cierto escepticismo debido a que “era importante contar con modificaciones que dieran más flexibilidad al mercado laboral y aumentaran los abatidos índices de productividad, sin embargo, el punto sobre la extensión de beneficios obligará a los trabajadores a afiliarse a un sindicato para recibir las mismas regalías que sus afiliados, impidiendo al empleador extenderlas libremente; mientras que suprimir la facultad de la empresa de reemplazo durante huelga fomentará que cada negociación termine en una paralización de las actividades”, dice.
Por otro lado, frente al conocimiento de las implicancias que la Reforma podría tener en su departamento de Recursos Humanos y organización en general, 77% de los encuestados responde que sí está al tanto de sus efectos. Los ejecutivos más informados se encuentran en las pequeñas empresas, ya que del total de las firmas con una dotación entre 1 y 50 empleados que participaron en el estudio, 84% responde afirmativamente este pregunta; en las grandes 75% y en las medianas 71%. De acuerdo a la ejecutiva de la multinacional, esto se debe a que “desde el inicio del debate las micro y pequeñas compañías mostraron su preocupación por las incidencias que la Reforma podría tener en su organización. Por ejemplo, la prohibición del reemplazo en huelga podría ser nefasta para este grupo, ya que sus empresas tienen una estructura básica y cuentan con empleados polifuncionales, por tanto, no permitir que las responsabilidades de una persona sean asumidas por otra durante la paralización de actividades, atenta contra la esencia de las mismas. Igualmente, el piso de negociación causa inquietud entre este segmento, ya que generará rigidez y no considera en forma explícita que la economía tiene ciclos, es decir, en épocas de menor dinamismo será muy difícil para estas organizaciones cumplir con los acuerdos establecidos como mínimos”.
Respecto al punto de la Reforma que los encuestados consideran más perjudicial, el lugar número uno lo ocupa la eliminación del reemplazo durante huelga, con 35%; porcentaje que precisamente llega a 43% entre las micro y pequeñas compañías. A nivel general, la negociación colectiva obligatoria con sindicatos interempresa ocupa la segunda posición, con 24%; mientras que en el tercer puesto se ubica la obligatoriedad del piso de la negociación, con 11%. Por otro lado, en cuanto a las materias más beneficiosas, 39% señala que ninguna de ellas representa una ventaja; 20% menciona la posibilidad de negociar con el sindicato condiciones especiales de trabajo; y el 16% dice que la representación obligatoria de mujeres en directorio sindical no inferior a un tercio. En menor medida, con 6%, se encuentran la inclusión de trabajadores excluidos de negociar colectivamente (aquellos que se desempeñan en una obra o faena transitoria y están sujetos a contrato de aprendizaje) y el aumento de las materias que se pueden pactar colectivamente.
La investigación también indagó si la discusión de la Reforma en el Congreso influenció las decisiones de negocio de las compañías durante el último año, a lo que 57% respondió que sí, 35% que no y 8% dice que no sabe. Del total de las pequeñas empresas que participaron en el estudio, 70% tuvo una respuesta positiva a esta interrogante, 22% señaló que no y 8% que no sabe; mientras que en las grandes, el porcentaje fue 49, 42 y 9 puntos, respectivamente y en las medianas de 61%, 32% y 7%, “lo que reafirma que las compañías de 1 a 50 trabajadores fueron las que más se vieron afectadas, tanto durante el proceso de creación como de debate de la Reforma, ya que algunos de sus puntos causaron gran inquietud entre este grupo de empresas”, finaliza Rita.