Estamos en una época en que las ofertas de empleo para alumnos en práctica abundan, debido al peak de producción que enfrentan algunas industrias durante este periodo y por el inicio de la temporada de vacaciones. Asimismo, es el momento en el cual los jóvenes tienen la oportunidad de aplicar los conocimientos aprendidos en la sala de clase, pero también de demostrar otras competencias valoradas por las compañías. Pero ¿cómo sacar partido a una experiencia que es el primer paso en el desarrollo de la carrera profesional de un estudiante? Randstad, consultora multinacional de Recursos Humanos, entrega algunas recomendaciones que son clave para realizar una práctica laboral exitosa, cuyos frutos pueden ser conseguir el primer trabajo formal y/o generar una buena red de contactos.



Al respecto, María Alejandra Pérez, consultor de Recursos Humanos de Randstad, señala que es clave reconocer la importancia  del proceso previo a la postulación, ya que antes de comenzar a enviar solicitudes indistintamente a las empresas, los estudiantes deben tener claro qué sector les resulta más atractivo y luego empaparse de la cultura de la compañía a la que les gustaría pertenecer. “Tienen que visualizar el mercado del cual quieren ser parte y en el que desean comenzar a adquirir experiencia y desarrollarse, debido a que solo así se asegurarán de que sea una experiencia enriquecedora en términos profesionales y tendrán la posibilidad de optar a empleos estables en empresas relacionadas a sus intereses”. La experta agrega que es fundamental que los postulantes le den a este periodo la relevancia que se merece, ya que para las organizaciones la práctica es una instancia para detectar talento y para los alumnos es una buena oportunidad para conseguir su primer trabajo.



Una vez que el alumno es seleccionado por la compañía, además de desplegar sus conocimientos técnicos, debe mostrar manejo de habilidades blandas, como “capacidad para comunicarse adecuadamente con su jefatura y compañeros; plantear ideas de manera clara; proponer soluciones creativas, innovadoras; tener iniciativa y adaptación al cambio; ser empático y responsable; mostrar una actitud positiva y ser capaz de trabajar en equipo, entendiendo que es parte de la organización y que, en la medida que los esfuerzos de los distintos actores se conjugan, hay mayor probabilidad de éxito, siempre alineados en el logro de los objetivos del grupo. Estas son algunas de las competencias que marcan la diferencia entre un practicante y otro, las que son claves al momento de que la empresa decida si incorpora de manera permanente o no al alumno”, asegura.

Sin embargo, de acuerdo a la experiencia de la multinacional, los estudiantes chilenos están preparados para enfrentar la vida profesional desde el punto de vista técnico, pero les falta mostrar todo su potencial y desarrollar otro tipo de habilidades, “las cuales, en un panorama ideal, se deben comenzar a trabajar en la educación primaria y secundaria, reforzándolas en la educación superior”, asegura María.  Ante este panorama, “nuestra recomendación es que durante los meses que dure la práctica los estudiantes demuestren interés, disposición, entusiasmo y ganas de trabajar; practiquen la escucha activa, captando lo esencial del mensaje; estén abiertos a aprender, aportando ideas propias, consejos y sugerencias para los proyectos encomendados; tengan autonomía y sean éticos en su actuar”, afirma la ejecutiva.



En tal sentido, la consultora entrega otros consejos para destacarse en la práctica y demostrar manejo de habilidades blandas o transversales, que adicional a las fortalezas de los candidatos, representarán ese valor agregado que toda organización espera y busca de sus colaboradores.

  • Seguridad personal: muestra confianza al actuar y en el ejercicio de tu profesión.
  • Tolerancia a la presión: soportar correctamente situaciones estresantes o muy demandantes demuestran control, pues deja en claro la habilidad que tienes para sortear situaciones complejas y no

    perder el foco en lo importante.
  • Generar un buen clima de trabajo: una actitud cordial y prudente son factores muy importantes para convertirte en el candidato perfecto.
  • Observar y relacionarse: como es tu primer acercamiento con el mercado laboral y con tus futuros colegas, es primordial observar y entablar relaciones de confianza. Son redes de contacto que en el futuro serán un gran aporte.
  • Oportunidad de crecimiento personal: la práctica profesional es una buena instancia para transformar debilidades, como la timidez para hablar en público, en oportunidades de crecimiento personal y de desarrollo profesional.
  • Respeto a las opiniones: tolerar diferentes puntos de vista es una habilidad muy bien mirada en un mundo globalizado, en el cual te encontrarás con muchas personas que piensan diferente.
  • Mostrarse proactivo y eficiente: esto evidentemente influirá en la decisión de la empresa en el mediano plazo.
  • Sueldos: no olvides que los sueldos de un practicante son bajos, por lo tanto no elijas a partir de este factor. Debes evaluar aquellos aspectos realmente importantes, como la empresa y el tipo de funciones que vas a desempeñar. También conocer los sueldos te ayudará a no generar falsas expectativas de renta al momento de egresar.
  • Tomar en serio la práctica: es tu primer acercamiento al mundo laboral y te puede abrir muchas puertas en el futuro.

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