En junio de 2017 se publicó la nueva ley que establece la reserva de empleo del 1% para las personas en situación de discapacidad (PeSD), la cual busca habilitar 27.500 cupos laborales y terminar con las diferencias salariales existentes. Así, las empresas de 200 o más trabajadores tienen la obligación de contratar o mantener contratadas a personas con discapacidad que cuenten con calificación y certificación de la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (COMPIN), o que posean la pensión básica solidaria de invalidez (PBSi) de cualquier régimen previsional.
En este contexto, Randstad Chile abrió más de 50 cupos de trabajo para apoyar en el cumplimiento de la Ley a sus clientes, entre los que destacan asistentes administrativos, ejecutivos de atención a clientes, recepcionistas, secretarias, encargados de sala, operarios de bodega, reponedores, estafetas, auxiliares de casino y de aseo. Los interesados en postular pueden hacerlo directamente en la página web de la consultora Randstad. Asimismo, la empresa puso a disposición de los usuarios un chatbot [1], a través del cual las personas con y sin discapacidad pueden plantear sus dudas e inquietudes de forma confidencial y ser asesorados por la especialista en inclusión de la empresa, Valentina Romero.
Al respecto, Natalia Zúñiga, directora de marketing & comunicaciones de Randstad, señala que “actualmente, uno de los retos más importantes que tenemos como sociedad es instaurar modelos inclusivos reales, profesionales, respetuosos e informados. Luego, las empresas tienen el desafío de velar por el cumplimiento de la nueva Ley por medio de una cultura, políticas y valores corporativos que guíen y establezcan marcos de acción para todos los procesos internos que vayan en esa dirección; además de trabajar las bases para evitar que la vocación inclusiva quede solo en el discurso, que es un error en el que es fácil caer. Por lo mismo, es necesario invertir en recursos humanos, research, adecuación de políticas, capacitación y mucha comunicación para derribar mitos y eliminar barreras; y así desarrollar un modelo inclusivo basado en el respeto”.
Por otro lado, “si bien la ley viene a acelerar un cambio, también permitirá que Chile se transforme en una nación más desarrollada, abierta, empática y con menos diferencias sociales. En este sentido, las organizaciones tienen una enorme responsabilidad, ya que realizar un esfuerzo puntual para cumplir con lo que estipula la norma no es suficiente y no garantiza que esa compañía tenga una cultura con valores y prácticas inclusivas. Por eso, el cambio tiene que ser profundo, comprendiendo que no basta con ofrecer puestos de empleo para cumplir con la cuota legal, sino que también las vacantes deben poseer las condiciones necesarias para que cada persona realice sus labores de manera cómoda y en un ambiente laboral adecuado. Entonces, la invitación es a trabajar y a prepararnos para evitar a toda costa caer en la caridad, ya que si es así habremos fallado como sociedad”, dice la ejecutiva.
En cuanto a las cifras disponibles sobre esta materia, el II estudio Nacional de Discapacidad del SENADIS (2015) reveló que en Chile el 70% de las PeSD proviene de los 3 primeros quintiles de ingreso y que del 20% de la población que presenta alguna condición de discapacidad, un tercio se encuentra sin trabajo, “una cifra bastante elevada considerando que más de la mitad (11,7%) posee inhabilidad leve a moderada”, relata Natalia. Igualmente, la investigación arrojó que quienes están empleados, reciben una remuneración 32% inferior que una persona sin discapacidad [2].
Por otro lado, en agosto de 2017 Randstad realizó un estudio que mostró que 44% de las empresas chilenas no tiene personas en situación de discapacidad en su plantilla; número que llega a 67% en las pequeñas organizaciones (1 a 50 empleados), a 60% en las medianas (50 a 200 empleados) y a 29% en las grandes (+201 empleados). Asimismo, 39% de las organizaciones declara no estar abordando la temática con planes concretos para los desafíos estructurales y culturales que se avecinan y 30% dice no saber si se están realizando los ajustes necesarios, dejando de manifiesto que en Chile aún se desconocen las ventajas de trabajar con PeSD.
Por mencionar algunas, la ejecutiva se refiere a sus mínimas dificultados de adaptación, ya que según un estudio de la Fundación Randstad y ATRESMEDIA (España), solo un 10% tiene problemas para adecuarse a su puesto de trabajo y un 8% presentó algún inconveniente de productividad inicial, es decir, “se integran rápidamente a las funciones que se les asignan y cumplen con las exigencias requeridas desde el primer momento; sin dejar de mencionar la actitud positiva, la motivación y el alto compromiso que demuestran”, destaca Natalia. Por otro lado, impulsar la inclusión laboral es beneficioso para el ambiente de trabajo, debido a “que las PeSD aportan tolerancia, contagian con sus ganas al resto, crean lazos y contribuyen al espíritu de equipo; mientras que para la organización significa incorporar al ADN corporativo valores esenciales como la diversidad, pluralidad, respeto y solidaridad”, acota.
[1] Para acceder al chatbot, ingresar a la página web Randstad, sección sobre nosotros, pestaña inclusión laboral.
[2] Según el estudio Nacional de Discapacidad del SENADIS (2015)
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