Sin duda, para la mayoría de las personas formar una familia es una de las etapas más trascendentales en la vida, lo que implica asumir distintas obligaciones personales y exige mantener un equilibrio con el ámbito laboral, generalmente el otro gran eje en la existencia de un adulto. Así, empresas y trabajadores deben ser capaces de favorecer ambos entornos, ya que este balance es un factor determinante al momento de elegir una organización y mantenerse a gusto en una posición. Sin embargo, un estudio que el IESE Buiness School realizó a nivel mundial, reveló que 48% de los empleados en el mundo percibía que su entorno laboral no facilitaba la conciliación laboral-familiar.
Al respecto, Marta Ayastuy, consultora de Recursos Humanos de Randstad, señala que a tenor de estos datos es que precisamente, en los últimos años, ha surgido con fuerza el término Responsabilidad Familiar Corporativa (RFC), es decir, han empezado a considerar la verdadera importancia de la conciliación y están haciendo esfuerzos para conseguirla. “Una organización que se preocupa por esto, indica el IFREI, obtiene niveles de satisfacción laboral y un compromiso emocional entre sus empleados del 146% más que una compañía que no las cuida”.
La ejecutiva agrega que las empresas que son responsables en este aspecto son capaces de ofrecer, por ejemplo, la flexibilidad de horarios. “Una racionalización de las horas, entradas y salidas no demasiado rígidas, las semanas comprimidas, o condiciones favorables en caso de imprevistos personales, son solo algunas de las soluciones horarias que ya se aplican para mejorar la coexistencia entre los dos ambientes”, dice. No solo se puede ser flexible con el tiempo; una concepción diferente de los espacios también es un asunto decisivo para la conciliación. “Poder trabajar desde distintos lugares o disponer de espacios habilitados para las familias, como guarderías, son algunas de las variantes más valoradas, ya que entender de forma abierta los lugares de trabajo favorece la gestión de situaciones personales no previstas que pueden darse en el día a día”, asegura Marta.
El IFREI también grafica que un 70% de los trabajadores cree que pedir a su empleador este tipo de medidas traerá consecuencias negativas a sus carreras y oportunidades profesionales. “El trabajo más importante desde las organizaciones está, por tanto, en la construcción de una cultura tolerante en cuanto a la conciliación entre vida personal y trabajo. Los líderes y jefes son la pieza básica de esa nueva cultura: si predican con el ejemplo, llevan la filosofía del cuidado de la RFC a todas las áreas de la empresa o crean una figura de supervisión y atención a este aspecto, serán la referencia necesaria para la construcción de una percepción y atmósfera sanas entre los trabajadores. Eso, a su vez, generará también compromiso y confianza”, concluye Marta.