Sin duda, la reestructuración laboral que se ha dado en medio de la crisis sanitaria y que ha sido implementada principalmente a través de la Ley de Protección al Empleo, intensificó considerablemente el miedo de los trabajadores por mantener su fuente de generación de ingresos, tomando en cuenta que la normativa permite la paralización total o parcial de las actividades de los colaboradores pertenecientes a las empresas más afectadas por la emergencia asociada al Covid-19.
De hecho, de acuerdo a la edición del primer trimestre de 2020 del Workmonitor, estudio Randstad cuya muestra se realizó entre el 13 y el 30 de marzo; 11,9% de los encuestados asegura tener “gran miedo” a perder su empleo de aquí a 6 meses, lo que representa su nivel más alto desde que se realiza la investigación en Chile (2010) y un aumento de 6,8 puntos porcentuales (pp) en un año. Con esto, el país ocupa el lugar número 8 a nivel mundial con más trabajadores temerosos a que su compañía finiquite su contrato durante el próximo semestre y se transformó en la tercera nación, entre 34 territorios, en la que más creció este indicador en 12 meses (+6,8 pp), solo precedido por Hong Kong, con +8,8 pp. y por Hungría, con +7 pp.
Al respecto, Natalia Zúñiga, directora de marketing y comunicaciones de Randstad, señala que, a pesar de que la normativa en cuestión se promulgó con el objetivo de proteger la fuente laboral de los trabajadores, permitiéndoles acceder a las prestaciones y complementos del Seguro de Cesantía para mitigar el impacto del coronavirus; hoy, el temor a ser desvinculado es un hecho.
Por otro lado, “también pudimos visualizar que las repercusiones que ha tenido la pandemia sobre este punto en particular no solo se vieron reflejadas en Chile, sino que en el mundo entero. Según la investigación, el miedo a perder el empleo subió en 28 de los 34 países en que se realiza el estudio y, en las 6 naciones más afectadas en cuanto al número de contagios confirmados, Estados Unidos, España, Italia, Alemania, Francia y el Reino Unido; el incremento fue de 3% promedio en los últimos 12 meses”, cuenta. La ejecutiva dice que a esto hay que agregar el constante apremio que viven las personas que desempeñan sus funciones desde casa, “quienes aparte de la presión por mantenerse activos laboralmente, suman otros factores de estrés, como el cuidado y la educación de los hijos, las labores del hogar, la dificultad de abastecerse de alimentos y medicinas durante una cuarentena, la preocupación por la salud de sus seres queridos”, reflexiona.
Mirando los datos en retrospectiva, Natalia dice que, si bien ya se había observado un incremento de este índice en el cuarto trimestre de 2019, que llegó a 8,6%, influenciado principalmente por el conflicto social que vivió el país en octubre y que generó más de 100 mil desvinculaciones por necesidades de la empresa a diciembre del año pasado; “nunca habíamos alcanzado un nivel tan alto, ni tampoco lo esperábamos, tomando en cuenta que el promedio histórico en Chile es 7%. Además, aunque -a priori- 12% puede parecer una cifra baja si pensamos en la magnitud de la crisis sanitaria que está enfrentando el mundo, vale la pena mencionar que esta investigación se realiza solo a empleados asalariados que trabajan un mínimo de 24 horas a la semana y que tienen un trabajo remunerado (no independientes). Y es que, en un inicio, nadie imaginó que la propagación del virus iba a ser tan acelerada y que causaría tantos estragos en la economía mundial, lo que ciertamente ha aumentado la ansiedad de la gente”, lamenta.
En cuanto a las edades, si bien en todos los rangos etarios se incrementó el miedo a perder el empleo en relación al primer trimestre de 2019, el más significativo se dio entre los mayores de 55 años, con +15,8 pp. y en los trabajadores entre 45 y 54 años, con +9,9 pp; mientras que entre los jóvenes de 18 y 24 años, creció 5,9 pp. Los menos afectados van desde los 25 a los 34 años, con +4 pp; y quienes tienen entre 35 y 44 años, con +1,9%. La directiva explica que “es normal que el rango de mayor edad sienta más temor debido a que es sabido que las posibilidades de conseguir un nuevo empleo bajan y, si sumamos que el teletrabajo ha sido la modalidad de desempeñar funciones para el 73% de los trabajadores, es posible que su expertise con la tecnología sea menor, aumentando sus aprensiones sobre su continuidad en la organización”, puntualiza Natalia. Respecto al género, este indicador es más alto en los hombres, con 12,2% en el primer trimestre de 2020 y un incremento de 7,8 pp en comparación al mismo periodo del año anterior; mientras que en las mujeres alcanza 11,5%; con +5,6 pp. que hace un año.
Finalmente, en cuanto a los otros países latinoamericanos que participan en el sondeo, Argentina tiene 9,8% de empleados con gran miedo a perder su trabajo, un alza de 4,1 pp en un año, seguido por Brasil, con 8,4%; mostrando un crecimiento de 1,2 pp en 12 meses; y finalmente se encuentra México, con 8,1%, un aumento de 2,9 pp en el último periodo.
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