Alcanzar el éxito produce una sensación de plenitud y autoestima indudable. En el libro “The Strangest Secret” se define el éxito como: “la realización gradual de una meta valiosa”. No obstante, este término tiene un significado distinto para cada persona y puede variar con el paso del tiempo; eso implica, en muchos casos, un cambio de percepción del mismo.
Ingvar Kamprad, fundador de Ikea, es un experto de este proceso. Empezó dedicándose a la entrega de artículos pequeños, como cajas de cerillas, en su bicicleta. En un primer momento, el éxito para él no iba más allá de su primera meta: comprar cerillas al por mayor, a bajo coste, e incrementar el precio de venta. Tras subir el primer escalón con buenos resultados, su visión y percepción se amplió y cinco años más tarde vendía muebles, hasta editar su primer catálogo.
La teoría de Locke
El psicólogo estadounidense Edwin Locke estableció cinco grandes principios para la fijación y ejecución de metas.
- Claridad: es fundamental tener claro, desde el primer momento, los objetivos que se desean alcanzar. Es mejor fijarse propósitos concretos y medibles.
- Desafío: Un listado de pequeños desafíos que se puedan ir alcanzando o superando, ayudarán a la generación de motivación constante.
- Compromiso: es fundamental mantener alto el nivel de compromiso con el proyecto. Si se alejan los objetivos en el tiempo o en la calidad, hay que volver a revisar toda la estrategia.
- Feedback: además establecer fines concretos, hay que escuchar lo que dice el resto sobre los mismos; una buena interacción y comunicación con los demás aportará elementos positivos.
- Complejidad de las tareas: hay que ser consciente de la dificultad de cada tarea. Trabajar en cosas demasiado difíciles o abrumadoras resultará poco productivo y estresante.
El profesor de Stanford MBA, Jeffrey Pfeffer, identificó 6 atributos comunes de las personas que habían conseguido el éxito:
- Energía y capacidad de trabajo: una característica común es pasión para lograr las metas. Es importante no detenerse ante las dificultades, demostrando fortaleza y determinación en el trabajo.
- Especialización y concentración: una vez alcanzado un puesto en un determinado sector, los profesionales de éxito suelen especializarse en esa área. Una carrera focalizada en competencias y conocimientos concretos tendrá más posibilidades de progresar.
- Sensibilidad hacia los demás: saber lo que quieren los demás, y reconocer y entender sus necesidades y problemas. Está vinculado al feedback de Locke.
- Flexibilidad: cuando las cosas no salen exactamente como pensabas, hay que adaptarse a las nuevas circunstancias y no dejarse sobrepasar por los contratiempos.
- Habilidad para tolerar el conflicto: en ocasiones, hay que lidiar con circunstancias difíciles. Es importante hacer frente a posibles disputas y encontrar herramientas para superarlas.
- Capacidad para crear y mantener buenas relaciones: el éxito llega también si eres capaz de construir vínculos y alianzas con las personas que te rodean. Los beneficios de relaciones sanas se hacen notar a la larga.
En definitiva, Locke y Pfeffer hacen referencia a no obsesionarse con el éxito; lo importante es el compromiso diario y la capacidad para no conformarse y perseguir esas metas, por pequeñas o grandes que sean.
En palabras de Kamprad: "La mayoría de las cosas se están por hacer. El sentimiento de haber acabado algo es un somnífero muy potente. Una persona que se jubila pensando que ha hecho su parte, enseguida se marchita. Una empresa que siente que ha alcanzado sus objetivos se estanca rápidamente y pierde su vitalidad".
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